Actualización al 2021
La uveítis consiste en una inflamación del área ocular que afecta la capa media del tejido de la pared ocular, es decir, la úvea. Cuando ésta se inflama podría afectar a la córnea, la retina, la esclerótica u otras partes del ojo.
Esta condición puede ser provocada por una lesión, infección, enfermedad autoinmune o inflamatoria, y podría afectar uno o ambos ojos con la manifestación de síntomas repentinos o graduales.
Existen diferentes tipos de uveítis los cuales incluyen:
- Uveítis anterior: esta es la forma más común de uveítis e implica la inflamación de la parte frontal del ojo principalmente del iris y la mayoría de las personas que la desarrollan son personas sanas.
- Uveítis intermedia: afecta principalmente a la retina y a los vasos sanguíneos que están detrás del cristalino o del humor vítreo.
- Uveítis posterior: este tipo de uveítis afecta principalmente a la coroides, es decir, la parte posterior de la úvea y en ocasiones, también afecta a la retina. Se relaciona con infecciones y enfermedades autoinmunitarias.
- Panuveítis: ocurre cuando todas las capas de la úvea presentan inflamación.
Los síntomas más frecuentes incluyen:
- Dolor ocular
- Dificultad para ver correctamente, percepción de moscas volando o visión borrosa
- Enrojecimiento de uno o ambos ojos
- Sensibilidad a la luz
Las
principales causas de la uveítis podrían incluir un trastorno autoinmunitario o
inflamatorio, infección, efectos secundarios de medicamentos, lesión o cirugía
ocular. Sin embargo, en el 50% de los casos, la causa no se puede identificar.
En
ocasiones la uveítis se relaciona con enfermedades como espondilitis
anquilosante, enfermedad de Crohn,
psoriasis, artritis, sarcoidosis. Cabe destacar, que los factores genéticos,
ambientales y el tabaquismo aumentan
la probabilidad de desarrollar esta condición.
Un diagnóstico y un tratamiento precoz podrían disminuir significativamente las probabilidades de la pérdida permanente de la visión.
Cuando la uveítis es causada por una afección subyacente, será necesario centrar el tratamiento en la enfermedad.
En la mayoría de los casos el objetivo del tratamiento consiste en reducir la inflamación en el ojo y disminuir las probabilidades de la pérdida de la visión.
- Medicamentos: para disminuir la inflamación y el dolor de la uveítis se recetan gotas oftalmológicas con esteroides y midriáticos. Además, se pueden recetar esteroides orales que ayudan a inhibir al sistema inmune.
Cuando la uveítis es causada por infecciones el médico recetará antibióticos y antiinflamarios, mientras que cuando se debe a enfermedades autoinmunitarias podría ser necesaria la utilización de inmunosupresores.
- Medicamentos que controlan los espasmos: para aliviar el dolor ocular que es provocado por los espasmos en el iris y el cuerpo ciliar se pueden recetar gotas para dilatar la pupila y controlar los espasmos.
- Implante liberador de medicamentos: cuando es difícil realizar un tratamiento, se podría recurrir al implante de un dispositivo en el ojo, que se encarga de liberar lentamente corticosteroides en el ojo por un periodo aproximado de 2 o 3 años.