Voz y laringe

Un quiste de cuerda vocal es una pequeña bolsa llena de líquido o material semisólido que se forma en una de las cuerdas vocales. Puede afectar la capacidad de hablar y producir otros síntomas relacionados con la voz. Es característico de esta patología presentar episodios de disfonía recurrentes luego de esfuerzos vocales moderados. 

En Clínica Universidad de los Andes contamos con el Centro de Voz y Deglución, enfocado en aquellos pacientes que presentan problemas de la voz que perjudican su vida diaria, tanto laboral como social. Asimismo, aborda alteraciones de la deglución, es decir, la dificultad para tragar de manera segura o eficiente alimentos, líquidos, medicamentos e incluso saliva, lo que trae como consecuencia complicaciones respiratorias y desnutrición, que también afectan la calidad de vida.

• Quistes de retención: se forman debido a la obstrucción de una glándula mucosa, es decir, se acumula mucosidad y se desarrolla un quiste.
• Quistes epidermoides (o de inclusión): se desarrollan a partir de células de la superficie que quedan atrapadas bajo la capa superficial de la cuerda vocal. Estos quistes están llenos de material similar a la queratina.

Los quistes de cuerda vocal se forman por diversas razones. Entre las diferentes causas que se han planteado, se encuentran:

• Esfuerzo vocal prolongado: hablar o cantar durante largos periodos sin descanso puede irritar las cuerdas vocales.
• Mal uso de la voz: esto es gritar, susurrar en exceso, o hablar con una técnica vocal inadecuada.
• Defectos de nacimiento: algunos quistes están presentes desde el nacimiento debido a anomalías en el desarrollo de las cuerdas vocales, en estos casos, es frecuente que los pacientes presenten alteraciones vocales o disfonía recurrente desde la infancia.
• Infecciones crónicas: es decir, infecciones repetidas en la laringe.
• Laringitis crónica: la inflamación persistente de las cuerdas vocales puede contribuir a la obstrucción de glándulas mucosas, relacionada a sobreuso vocal, reflujo gastroesofágico, hábito tabáquico, exposición laboral, etc.
• Reflujo gastroesofágico (ERGE): el ácido estomacal puede irritar las cuerdas vocales, incluso sin otros factores asociados.
• Hábitos de vida: fumar y consumir alcohol en exceso pueden aumentar el riesgo de desarrollar problemas en las cuerdas vocales.
• Alergias: las alergias pueden causar inflamación y obstrucción de las glándulas en las cuerdas vocales.

Los quistes de cuerda vocal pueden presentar una variedad de síntomas, aunque en algunos casos pueden ser asintomáticos. Las señales más comunes asociadas con los quistes de cuerda vocal son:

• Ronquera o cambio en la voz: la voz puede volverse áspera, ronca o cansada. En casos más severos, puede haber pérdida parcial o total de la voz.
• Fatiga vocal: sensación de cansancio o esfuerzo al hablar durante períodos prolongados. Puede ser difícil mantener una conversación o cantar.
• Dificultad para hablar: problemas para proyectar la voz o alcanzar notas altas y bajas. La voz puede sonar menos clara o menos potente.
• Dolor de garganta: sensación de incomodidad o dolor en la garganta, especialmente al hablar o tragar.
• Tos persistente: tos frecuente o sensación de necesidad de aclarar la garganta debido a la irritación.
• Sensación de cuerpo extraño: sensación de que hay algo atascado en la garganta, como si hubiera una masa pequeña.
• Dificultad para tragar: en algunos casos, puede haber problemas para tragar alimentos o líquidos, especialmente si el quiste es grande o afecta la función de la cuerda vocal.
• Incomodidad en el cuello: dolor o molestia en el área del cuello, especialmente cerca de la laringe.

El diagnóstico de los quistes de cuerda vocal contempla una combinación de evaluación médica, y procedimientos específicos para observar las cuerdas vocales.

• Evaluación médica: el otorrinolaringólogo revisa el historial médico del paciente, con foco en los síntomas vocales y hábitos de riesgo. También hace un examen visual de la garganta y laringe a través de instrumentos especializados.
• Procedimientos: se puede solicitar una laringoscopia, en la que se inserta un laringoscopio (un tubo delgado con una cámara en el extremo) por la nariz o la boca para obtener una visión directa de las cuerdas vocales. Esto permite al médico observar cualquier anomalía, incluyendo quistes. Estos exámenes se programan en la consulta, sin necesidad de preparación previa y son bien tolerados por la mayoría de los pacientes.
• Estroboscopia: técnica que utiliza luz estroboscópica para iluminar las cuerdas vocales y capturar su movimiento en cámara lenta. Esto ayuda a evaluar la vibración de las cuerdas vocales y detectar quistes o lesiones que afectan la función vocal.
• Evaluación fonoaudiológica: evaluación detallada de la voz y la función vocal, que considera los patrones respiratorios, de esfuerzo muscular, hábitos vocales, factores de riesgo y las necesidades de uso de la voz de cada paciente. Cuando es necesario, se realizan mediciones de los parámetros acústicos de la voz mediante programas computacionales.
• Biopsia: en ciertos casos, puede ser necesaria una biopsia, para analizar el tejido del quiste y asegurarse de que no sea maligno.
• Exámenes de imágenes: a veces, se pueden utilizar estudios de imagen como resonancia magnética (MRI) o tomografía computarizada (CT) para obtener más información sobre la estructura y ubicación del quiste.

El diagnóstico preciso de los quistes de cuerda vocal es crucial para determinar el tratamiento adecuado y mejorar la función vocal del paciente. Es importante seguir las recomendaciones del médico y asistir a las citas de seguimiento para monitorear los cambios en los síntomas o la condición de las cuerdas vocales.

La prevención de los quistes de cuerda vocal implica adoptar hábitos saludables, como los que se detallan a continuación:

• Aprender y practicar técnicas de uso de la voz adecuadas, especialmente si se requiere un uso intensivo de la voz.
• Dar descansos a la voz, especialmente después de períodos de uso intenso.
• Usar un volumen de voz adecuado.
• Mantener las cuerdas vocales bien hidratadas bebiendo al menos 8 vasos de agua al día.
• Reducir el consumo de bebidas alcohólicas y con cafeína, que pueden deshidratar las cuerdas vocales.
• Evitar ambientes con mucho polvo, productos químicos y otros irritantes que puedan afectar las cuerdas vocales.
• Evitar el consumo de tabaco.
• Manejar, según indicación médica, el reflujo gastroesofágico.
• Tratar las infecciones respiratorias superiores de manera adecuada y a tiempo.
• Manejar las alergias para reducir la inflamación y la irritación en la garganta y cuerdas vocales.
• Realizar chequeos dentales regulares para detectar y tratar cualquier problema dental que pueda afectar la salud vocal.
• Realizar evaluaciones regulares con un otorrinolaringólogo para monitorear la salud de las cuerdas vocales en los casos de personas que requieren un uso profesional de la voz.

La elección del tratamiento de los quistes de cuerda vocal depende de varios factores, incluidos el tamaño y tipo del quiste, la gravedad de los síntomas y el impacto en la función vocal. Entre los tratamientos más comunes están:

Tratamiento conservador:

• Reposo vocal: reducir el uso de la voz para permitir que las cuerdas vocales se recuperen. Esto puede implicar periodos de silencio absoluto o uso limitado de la voz.
• Terapias vocales: aprender técnicas vocales adecuadas y reducir la tensión en las cuerdas vocales, y realizar ejercicios específicos para mejorar la técnica vocal y fortalecer las cuerdas vocales. Todo esto a cargo de un fonoaudiólogo.

Tratamiento farmacológico:

• Infecciones y reflujo gastroesofágico: fármacos para tratar infecciones de las vías respiratorias y el reflujo ácido.
• Antiinflamatorios o corticoides: en algunos casos, pueden ser prescritos para reducir la inflamación.

Tratamiento quirúrgico:

• Extirpación del quiste: si es grande, causa síntomas graves o no responde al tratamiento conservador, puede ser necesaria la cirugía para extirparlo. Este procedimiento se realiza generalmente bajo anestesia general y se usan técnicas de microcirugía para minimizar el daño a las cuerdas vocales.

Después de la cirugía, se requiere reposo vocal y seguimiento con terapia de voz para recuperar la función vocal y prevenir complicaciones.

Las expectativas del tratamiento dependen de manera directa de la terapia recibida.

En casos de tratamientos conservadores las expectativas generales corresponden a la mejora de los síntomas como la ronquera o fatiga vocal; y a la adopción de técnicas vocales adecuadas para reducir el esfuerzo en las cuerdas vocales.

En casos de tratamiento farmacológico, el objetivo es reducir la inflamación y tratar condiciones subyacentes como el reflujo gastroesofágico, lo que puede mejorar la función vocal.

En pacientes quirúrgicos las expectativas apuntan a la mejora significativa en la calidad de la voz y la reducción de síntomas después de la extirpación del quiste.

Centro de Voz y Deglución

Esta unidad está enfocada en aquellos pacientes que presentan problemas de la voz que perjudican su vida diaria, tanto laboral como social. Asimismo, aborda alteraciones de la deglución, es decir, la dificultad para tragar de manera segura o eficiente alimentos, líquidos, medicamentos e incluso saliva, lo que trae como consecuencia complicaciones respiratorias y desnutrición, que también afectan la calidad de vida.

Su equipo está conformado por otorrinolaringólogos y fonoaudiólogos especialistas en problemas de laringe, voz y deglución; nutricionistas, y una enfermera que encargada de la educación, coordinación y seguimiento durante el tratamiento. El foco de nuestro trabajo es el diagnóstico y tratamiento de manera multidisciplinaria de las diversas enfermedades de la laringe y cuerdas vocales que afectan la voz y la respiración, como nódulos vocales, pólipos de cuerdas vocales, quistes, parálisis de cuerda vocal, tumores, estenosis subglótica y disfonía músculo tensional, entre otros. De la misma manera, nos centramos en el diagnóstico y manejo de los trastornos de deglución (disfagia) de diferentes causas que afectan a personas de todas las edades, desde niños con síndromes, alteraciones anatómicas o funcionales, hasta adultos, por causas que van desde la neurológica (ataque cerebrovascular, enfermedades degenerativas, entre otras), pacientes oncológicos, post quirúrgicos, traumatismos o por causas asociadas al envejecimiento.

Otorrinolaringología:

Especialidad encargada de la prevención, diagnóstico y tratamiento médico y/o quirúrgico de las enfermedades que aquejan el oído, nariz, boca y laringe, así como de las alergias nasales, tanto en adultos como en niños.

Esta especialidad considera áreas tales como la cirugía otológica, vértigo, cirugía laríngea (voz y vía aérea), trastornos de la deglución, cirugía de cavidades perinasales (sinusitis), cirugía estética y funcional de nariz (rinoseptoplastía), pacientes roncadores con o sin apneas, tratamiento de las patologías de las glándulas salivales, entre otras.

Clínica Universidad de los Andes cuenta con un equipo multidisciplinario con vasta experiencia en el campo de la Otorrinolaringología, con acceso a equipamiento médico de última generación. Además, dispone de pabellones quirúrgicos altamente tecnologizados, con acceso en línea a la información de imágenes del paciente para facilitar la oportuna toma de decisiones, permitiendo incluso la coparticipación de expertos desde cualquier lugar del mundo.