Uno de cada tres infartos en menores de 55 años son causados por la cocaína
Pueden parecer totalmente sanos, sin historia de hipertensión ni diabetes, tampoco fuman, son jóvenes y tienen buen estado físico, pero ingresan a Urgencia con infartos cardíacos graves.
En un número importante de estos casos, la causa es el consumo de cocaína, el que produce vasoconstricción, que aumenta la fuerza de contracción del corazón; las arterias se engrasan y forman placas de colesterol y hay una mayor coagulación, que provoca trombosis dentro de las coronarias.
Así lo explica el doctor Nicolás Veas, quien junto al Dr. Dante Lindefjeld, ambos cardiólogos intervencionistas del Centro de Enfermedades Cardiovasculares de Clínica Universidad de los Andes, estudiaron a 1.294 pacientes de ambos sexos del Hospital Sótero del Río que presentaron un infarto cardíaco grave entre 2009 y 2013.
De ellos:
- 59 reconocieron haber consumido cocaína en las últimas 48 horas.
- Entre los menores de 55 años hospitalizados por infartos, el 37% reconoció haber consumido cocaína en las 48 horas previas.
- La edad promedio de los consumidores infartados era de 38 años, 20 años menos que el grupo de no consumidores.
- Había mayor porcentaje de hombres (90% versus 77%).
- Había menos antecedentes de hipertensión (8,5% versus 58%).
- Había menos antecedentes de diabetes mellitus tipo 2 (6,8% versus 26%).
"Nos sorprendió que, pese a que tenían cerca de 40 años, sus arterias coronarias se veían tan envejecidas como las de una persona de 80", dice el Dr. Lindefjeld.
Este envejecimiento acelerado "significa que están expuestos a más daño y a más eventos cardiovasculares durante su vida, con una alta probabilidad de terminar con insuficiencia cardíaca a edades más tempranas que la población general", añade el Dr. Veas.
La literatura médica muestra que incluso el consumo esporádico de cocaína puede causar ataques cardíacos. Predecir quiénes son más vulnerables es difícil, dice el Dr. Nicolás Veas, ya que “en los consumidores se producen alteraciones que entorpecen la circulación en los vasos pequeños alrededor del corazón. Este daño no es detectable con exámenes de rutina”.
Para el Dr. Lindefjeld, "lo que hoy sabemos sobre el riesgo cardiovascular asociado al consumo de cocaína hace imperativo que dejemos de actuar en forma reactiva y se refuercen la prevención y la rehabilitación. Esto, junto a medicación adecuada y controles, mejorará su pronóstico cardiovascular", precisa.
FUENTE: El Mercurio, 16 de agosto de 2016