Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Niños prematuros: Todo lo que los papás deben saber

En nuestra Clínica, la tasa de sobrevida en recién nacidos es de 97%, dos puntos porcentuales más que el promedio nacional.
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A pesar de los avances en medicina, la frecuencia de prematuridad en países desarrollados está aumentando. En forma paralela, hemos asistido ha una mejoría notable en los cuidados perinatales, permitiendo la sobrevida de prematuros extremos en el límite de la viabilidad. El Dr. Mauricio Lagos, neonatólogo de Clínica Universidad de los Andes, explica que los niños prematuros se pueden clasificar en:

  • Recién nacido pretérmino o prematuro: que nace antes de las 37 semanas de gestación
  • Prematuro tardío: que nace entre las 34 y 36+6 semanas de gestación
  • Prematuro moderado: que nace entre las 32 a 34 semanas de gestación.
  • Gran prematuro o muy prematuro: que nace antes de la semana 32 de edad gestacional
  • Prematuro extremo: que nace antes de la semana 28 de edad gestacional

En relación con su peso de nacimiento se pueden clasificar en:

  • < 1000 g: peso extremadamente bajo al nacer (PEBN)
  • 1000 a 1499 g: muy bajo peso al nacer (MBPN)
  • 1500 a 2500 g: bajo peso al nacer (BPN)

¿Por qué un niño prematuro debe ser hospitalizado y qué cuidados recibe?

Gran parte de estos recién nacidos, en especial los prematuros extremos, no han desarrollado completamente todos los órganos, por lo cual necesitan ser hospitalizados en una unidad de cuidados intensivos neonatales, donde reciben las siguientes atenciones:

  • Conservar el calor: requieren el uso de incubadoras, ya que pierden más fácilmente el calor corporal, lo que podría provocarles una hipotermia, poniendo su vida en peligro. Necesitan más energía y cuidados para conservar el calor y desarrollarse.
  • Alimentación: pueden tener dificultades al alimentarse debido a que la coordinación de su reflejo de succión y deglución no está del todo desarrollada. Además, presentan inmadurez intestinal, lo cual es un factor de riesgo para sufrir enterocolitis necrotizante, patología grave durante las primeras semanas de vida. La lactancia materna es un aporte fundamental, ya que es un factor protector y favorece el apego con la madre.
  • Respiración: si bien muchos empiezan a respirar de forma autónoma desde el momento en que nacen, en algunas ocasiones, no tienen fuerza suficiente para seguir haciéndolo, se agotan y pueden dejar de respirar (apneas). Asimismo, otros necesitan reanimación y el soporte de una máquina para poder respirar. Si los pulmones no han terminado de desarrollarse y les falta surfactante (sustancia que permite que los alvéolos pulmonares permanezcan abiertos y expandidos) los niños prematuros podrán tener dificultades para respirar. Aquellos prematuros más extremos, pueden desarrollar displasia broncopulmonar, que puede condicionar requerimiento de oxígeno suplementario por varias semanas o meses.
  • Infecciones: las infecciones graves son más frecuentes en los niños prematuros. Su sistema inmunitario no está totalmente desarrollado y, por lo tanto, su cuerpo no "combate" tan bien las infecciones como lo haría un recién nacido de término.
  • Cerebro: el cerebro inmaduro de un prematuro es más susceptible a sufrir hemorragias cerebrales durante el parto y en los días inmediatamente posteriores a este. Además, pueden desarrollar otras lesiones cerebrales debido a hipoxia perinatal y en aquellos prematuros que cursan con mayor gravedad las primeras semanas de vida. Tanto las hemorragias como otras lesiones del parénquima cerebral se pueden asociar a trastornos en el desarrollo más adelante en la vida del niño. La estadía en sí en una unidad de cuidados intensivos neonatal también puede alterar algunos procesos de maduración cerebral, dadas las condiciones ambientales tan distintas al útero materno (ideal para el desarrollo).
  • Ojos: no están preparados para el mundo exterior. Pueden verse dañados por un crecimiento anormal de los vasos sanguíneos de la retina. El problema puede ser aún más grave en los muy prematuros y los expuestos a niveles de oxígeno demasiado altos. Esto puede provocar deficiencias visuales o ceguera, condiciones muy poco frecuentes con los cuidados actuales.
  • Otras condiciones frecuentes son hiperbilirrubinemia (ictericia) con necesidad de fototerapia, y anemia del prematuro, que requerirá transfusión de sangre.

Mientras más prematuro es un recién nacido, su hospitalización será más prolongada, pudiendo alcanzar en promedio hasta los 3 meses en los menores de 27 semanas.

Una vez alcanzado un peso cercano a los 2 kg y edad gestacional corregida cercana a las 40 semanas o más para los prematuros más extremos, se analiza cada caso en particular para decidir el alta a su casa, teniendo en cuenta los siguientes aspectos:

  • Alimentación: debe ser por boca dada por padres sin dificultades, que alcance el volumen indicado y con buena tolerancia digestiva.
  • Termorregulación y crecimiento: mantener la temperatura estable en la cuna corriente y adecuada ganancia de peso en las últimas semanas.
  • Estabilidad cardiorrespiratoria: patrón respiratorio estable, sin pausas respiratorias ni eventos de bradicardia o desaturaciones, al menos, la última semana previa al alta.
  • Algunos prematuros son candidatos a alta con oxigenoterapia domiciliaria.

Además, los recién nacidos prematuros necesitan un seguimiento médico específico, sobre todo los nacidos con un peso inferior a 1.500 gramos, chequeo que tiene por objetivo favorecer el crecimiento y desarrollo óptimos, detectar de forma oportuna las alteraciones sensoriales y del neurodesarrollo, y derivar precozmente para tratamientos específicos de patologías.

 

Profesionales que participaron en esta nota

Dr. Mauricio Lagos Torrente

Pediatría General – Neonatología

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