Enfermedad celíaca, cuando el gluten daña el intestino
La enfermedad celíaca es un trastorno inmune y crónico que ocurre en personas con predisposición genética y en quienes la ingesta de gluten genera daño en las vellosidades del intestino.
Esto deriva en inflamación crónica y dificultad en la absorción de los nutrientes, lo que puede llevar a presentar síntomas digestivos como dolor abdominal, diarrea, distensión, meteorismo, vómitos y, en algunos casos, constipación crónica. En otros pacientes también se puede presentar con síntomas sistémicos como decaimiento, anemia, osteoporosis.
El gluten está presente en los granos de trigo, la cebada, el centeno y todos los derivados y procesados que contengan estos granos. También puede estar como ingrediente o en trazas en muchos productos procesados.
La avena, por su parte, tiene una proteína similar al gluten que en algunos pacientes puede generar daño o bien puede ser procesada en molinos compartidos con gluten.
“La enfermedad celíaca ‘no se pasa, ni se cura’ y el único tratamiento disponible en la actualidad es llevar una dieta libre de gluten en forma permanente y para siempre, lo que hace posible tener una buena calidad de vida, sin efectos en la salud. Además, hasta el momento, no existen medicamentos de utilidad para tratarla”, afirma la Dra. Fabiola Castro, gastroenteróloga coordinadora del Programa de Enfermedad Celíaca y Enfermedades Digestivas Inmunomediadas de Clínica Universidad de los Andes.
¿Qué implica vivir sin gluten?
Vivir sin gluten implica no sólo conocer la enfermedad, sino también tener disciplina y constancia, ya que no sólo conlleva la prohibición de consumir alimentos que contengan gluten, sino también preocuparse de que no haya contaminación de estos al cocinar o manipularlos.
La Dra. Castro entrega algunos consejos para evitar la contaminación intradomiciliaria de los alimentos:
- Lavar muy bien las manos con agua y jabón antes de preparar los alimentos.
- Cocinar siempre primero los alimentos libres de gluten.
- No compartir la misma agua de cocción o el aceite entre alimentos con gluten y los que no lo contienen.
- Lavar muy bien con agua y detergente las ollas y utensilios de cocina.
- Evitar artefactos con superficies porosas, como tabla de picar o cucharas de madera, espumadoras o coladores de plásticos (o bien tenerlos diferenciados).
- Tener tostador de pan de uso personal.
- Los alimentos sin gluten que requieran ser cocinados en el horno deben ir en la bandeja superior y ser envueltos en papel metálico.
- Tener los alimentos rotulados y en envases cerrados (jamón, quesos, mantequillas, entre otros).
- No compartir cubiertos.
- Portar snacks certificados, ya que, en ocasiones, puede ser difícil encontrar alimentos certificados.
- Si se va a comer fuera de la casa, llevar alimentación propia o asegurarse de informar que se tiene enfermedad celíaca.
“Se debe preferir alimentos no procesados, como frutas, verduras, huevos, lácteos, carnes blancas y rojas, mariscos y pescados, así como legumbres elaboradas en líneas sin contaminación cruzada”, señala la Dra. Castro.
Estudio de caracterización de los pacientes celíacos
En Clínica Universidad de los Andes contamos con el Programa de Enfermedad Celíaca y Enfermedades Digestivas Inmunomediadas, formado por un equipo médico multidisciplinario abocado al diagnóstico, tratamiento y seguimiento de varias patologías que afectan al tubo digestivo, como la enfermedad celíaca.
Este programa está realizando el primer estudio descriptivo en Chile de vacunación en pacientes con enfermedad celíaca, que busca ver cómo se comportan, algunas características clínicas y contabilizar cuántos están vacunados.
“Los primeros datos que tenemos es que el porcentaje de vacunación con la vacuna de neumococo, que es la más recomendada para los celíacos, es bajísima, tan sólo un 10%”, explica la Dra. Castro. “Estos datos iniciales deben ser ampliados e idealmente hacer estudios multicéntricos para obtener resultados robustos, lo cual sería de mucha importancia para entregar recomendaciones a nuestros pacientes”.
Esta vacuna se utiliza para prevenir la infección por neumococo, pues se ha demostrado que en los pacientes celíacos es más grave que los pacientes que no padecen dicha enfermedad.
En Chile, la enfermedad celíaca no está dentro del plan de inmunización gratuito y la vacuna sólo es gratuita para mayores de 65 años y para pacientes que tienen algunas inmunodeficiencias, donde no está incluida expresamente la enfermedad celíaca.
La especialista enfatiza que, si bien aún no existe una postura universal sobre la vacunación del neumococo en los pacientes celíacos, actualmente la mayoría de las guías internacionales enfatizan la necesidad de vacunación en este grupo de paciente. “En nuestro país, esto es desconocido tanto por los pacientes como por la mayoría de los médicos no especialistas, por lo que se vuelve muy necesario concientizar sobre la importancia de la vacunación tanto a los equipos médicos como a los propios pacientes, quienes no tienen conciencia de que deben ser vacunados”, concluye Castro.