Diabetes: la importancia de una buena nutrición para prevenir complicaciones
El Día Mundial de la Diabetes fue instaurado por la Federación Internacional de Diabetes y la Organización Mundial de la Salud en 1991, como respuesta al alarmante aumento de los casos de diabetes en el mundo, ya que desde 1980, el número de personas que la padecen se ha casi cuadruplicado a nivel mundial, lo que se puede explicar por el incremento de sobrepeso u obesidad dado, principalmente, por hábitos de alimentación poco saludables, además de las altas tasas de sedentarismo a nivel mundial.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud de Chile 2016-2017, la prevalencia de diabetes en nuestro país es del 12,3% y se estima que ha aumentado en los últimos años, con lo que, al menos, 1 de cada 10 personas en Chile padecería esta enfermedad, mientras que 9 de cada 10 son sedentarias.
Es por lo anterior que cada 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes, con el objetivo de concientizar sobre la enfermedad. Y es que el alza permanente del azúcar en la sangre puede dañar el corazón, los riñones, la retina y el sistema nervioso. Este año, la campaña está centrada en la diabetes tipo 2.
Esta es una enfermedad crónica que se produce por una alteración en el funcionamiento de la insulina, hormona responsable de metabolizar la glucosa (azúcar de la sangre) en las células. A diferencia de la diabetes tipo 1, que es originada por un daño autoinmune en el páncreas, la diabetes tipo 2 se debe principalmente al sobrepeso y la obesidad.
Importancia de una dieta equilibrada
La diabetes tipo 2 y sus complicaciones se pueden prevenir adoptando hábitos saludables. Si bien una dieta sana y equilibrada es recomendada para toda la población, en el caso de las personas con diabetes se vuelve clave: “Hábitos de alimentación saludable es un concepto que va más allá de sólo de ‘hacer dieta’, es un elemento central del manejo médico de las personas con diabetes, un tratamiento que no viene en una pastilla”, explica la Dra. Camila Hernández Soto, diabetóloga del Programa de Obesidad y Diabetes de Clínica Universidad de los Andes.
La especialista señala que, como base para una alimentación saludable, se recomienda disminuir el consumo de hidratos de carbono, sal y grasas saturadas. Actualmente la evidencia científica llegó a la conclusión de que la mejor "dieta" es aquella que se logra mantener de manera sostenida en el tiempo. Sin embargo, en cuanto a patrones específicos, hay evidencia de que, si se tuviera que elegir uno, este sería el de alimentación mediterránea, el que incluye como alimentos principales los productos derivados del aceite de oliva, pescados, frutos secos, frutas y verduras, con menor consumo de carnes rojas y sin alimentos ultraprocesados o altos en azúcares.
Una recomendación es dividir el plato en cuartos:
- ¼ de cereales integrales o carbohidratos ricos en fibra y mínimamente procesados, como pasta o arroz integral
- ¼ de proteínas como pescado o pollo magro (sin grasa)
- ½ porción de verduras, incluyendo fruta
Asimismo, se debe evitar los alimentos y bebidas con azúcar.
“Lo más importante es asegurarse de obtener todos los nutrientes que el cuerpo necesita a través de un plan de alimentación diverso, que no excluya ningún macronutriente. Nuestra dieta debe incorporar carbohidratos, proteínas y grasas saludables en una justa proporción”, recalca la Dra. Hernández. “Además, es clave entender que cada persona tiene preferencias alimentarias específicas, por lo que es importante contar con planes de alimentación que sean individualizados, motivo por el cual se requiere el apoyo de un nutricionista.”
Tampoco se puede dejar de lado la actividad física, indispensable para tener una buena salud. Los músculos necesitan glucosa para funcionar, por lo que, en el caso de pacientes con diabetes, el ejercicio ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre. Mientras mayor la intensidad y el tiempo de este, más azúcar se consume, por lo que se recomienda realizar un mínimo de 30 minutos diarios. Siempre se puede empezar con algo, desde una caminata hasta ejercicios de mayor complejidad.
Finalmente, es fundamental también contar con una buena hidratación para el manejo de la diabetes, ya que regula los niveles de azúcar y ayuda a sentir saciedad para regular el apetito. Se recomienda así, consumir al menos 2 litros de líquido al día, de preferencia agua y evitar la ingesta de bebidas o líquidos con azúcar.