Cómo reconocer una reacción alérgica peligrosa y cuándo acudir a urgencias
El desarrollo del sistema inmunológico durante los primeros años de vida es fundamental para proteger al cuerpo de invasores externos como bacterias, virus u hongos, y a la vez, fortalecer las defensas de los niños.
Al nacer, el sistema inmunológico del recién nacido es inmaduro y día a día debe aprender a lidiar con agentes patógenos para lograr cumplir con su objetivo: “Un sistema inmunológico bien equilibrado reduce el riesgo de que los niños contraigan alergias, sean susceptibles a infecciones y los protege contra enfermedades autoinmunes”, explica la Dra. Josefina Siña, inmunóloga pediátrica de Clínica Universidad de los Andes.
Una alimentación completa y equilibrada, un buen descanso, actividad física moderada y la ausencia de estrés son factores que influyen ante la protección de enfermedades infecciosas, alérgicas o autoinmunes.
¿Qué trata el inmunólogo pediátrico?
La inmunología es la especialidad de la medicina que se encarga del correcto funcionamiento del sistema inmune, encargado de reconocer agentes extraños para poder combatirlos y eliminarlos.
Las principales enfermedades que pueden afectar a los niños y que son tratadas por los inmunólogos pediátricos son las alergias, entre las que destacan:
- Alergias alimentarias
- Alergias a medicamentos
- Alergia a insectos o himenópteros
- Anafilaxia (reacción alérgica grave)
- Angioedema
- Asma
- Conjuntivitis alérgica
- Dermatitis atópica
- Enfermedades autoinmunes
- Rinitis alérgica
- Sinusitis crónica
- Urticaria
- Infecciones recurrentes
La Dra. Siña señala que se debe llevar a un niño al inmunólogo cuando:
- Se sospecha la presencia de cualquier tipo de alergia (respiratoria, alimentaria, cutánea, etc.)
- Presenta infecciones recurrentes, en particular aquellas severas o que requieren uso de antibióticos
- Hay sospecha de una enfermedad autoinmune por síntomas como dolor articular, cansancio, dolor muscular, debilidad, entre otros
Cómo reconocer una reacción alérgica peligrosa y cuándo acudir a urgencias
Las alergias son un problema crónico común que afecta al sistema inmunitario. Se trata de estados de hipersensibilidad o reacciones exageradas del sistema inmune hacia sustancias que, en condiciones normales, no causan reacción alguna.
Se estima que, a nivel mundial, casi el 50% de los niños presenta algún tipo de alergia, ya sea a alimento, insecto, fármaco, animal o sustancia vegetal.
Las alergias pueden ser muy variadas, desde tan simples como una rinitis estacional leve, hasta alergias que pueden interferir con las actividades diarias, disminuir la calidad de vida e, incluso, causar reacciones severas o sistémicas -que involucran múltiples órganos- con riesgo de muerte.
Cada vez que un niño alérgico se expone a un alérgeno concreto -por ejemplo, polen, maní, huevo o veneno de una abeja-, el cuerpo produce un anticuerpo llamado inmunoglobulina E (IgE), desencadenando en pocos minutos reacciones que pueden ser locales o generales (sistémicas).
La gravedad de la reacción de cada episodio en un mismo niño es variable y puede incluir desde enrojecimiento y picazón localizada en la piel, hasta dificultades respiratorias, vómitos y diarrea, pudiendo empeorar con el tiempo.
“Los principales síntomas para sospechar de una reacción alérgica grave tienen relación con la piel”, explica la inmunóloga, quien detalla que “una mala coloración de la piel, aparición súbita de manchas, presencia de manchas rojas que no desaparecen al apretar la piel, e hinchazón de párpados o labios son señales de una alergia grave y se debe acudir a un Servicio de Urgencia de manera inmediata”.
Las reacciones más peligrosas son las que producen urticaria (erupción cutánea), angioedema (hinchazón y picazón en la piel), problemas para respirar y reacción anafiláctica.
La Dra. Siña explica que “en el caso de las alergias por anticuerpo IgE, hay que observar hasta dos horas después de exponerse al alérgeno si aparecen síntomas como dificultad para respirar, ronchas, hinchazón en labios, párpados o lengua, tos, vómitos, diarrea o la mezcla de todos estos síntomas que es la anafilaxia, siendo esta una reacción peligrosa, aguda, súbita y potencialmente mortal que tiene que ser tratada en un centro hospitalario a la brevedad”.