Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Cuando el cuidado duele: la tendinitis de Quervain y su impacto en las madres recientes

Se trata de una dolencia poco visibilizada que puede afectar el vínculo madre-hijo y la calidad de vida en una etapa clave.
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Durante el embarazo y el postparto, el cuerpo de la mujer experimenta una serie de transformaciones físicas y emocionales que muchas veces son minimizadas o pasadas por alto. Una de ellas es la tendinitis de Quervain, una inflamación dolorosa de los tendones del pulgar que afecta principalmente a mujeres en edad fértil y, con mayor frecuencia, a madres recientes.

Este cuadro, también conocido como “muñeca de mamá”, puede generar un dolor tan intenso, que incluso dificulta acciones tan cotidianas como cargar al recién nacido, cambiarle el pañal o amamantar.

“Es una condición mucho más frecuente de lo que se cree. Se estima que puede afectar hasta al 10% de las mujeres en el postparto”, explica el Dr. Gonzalo Morgan, traumatólogo especialista en mano, muñeca y codo de Clínica Universidad de los Andes. “Lamentablemente, muchas pacientes no consultan porque piensan que es normal sentir dolor al cuidar a un recién nacido, lo que retrasa el diagnóstico y el tratamiento”, agrega.

 

Dolor que impacta el vínculo

La tendinitis de Quervain no solo compromete la movilidad de la mano. Al limitar el contacto físico cómodo con el recién nacido, también puede interferir en la construcción del vínculo afectivo, generar frustración y aumentar el estrés en una etapa que ya es demandante.

El aumento de la laxitud de los tejidos por efecto hormonal, la retención de líquidos durante el embarazo y los movimientos repetitivos al cuidar al bebé son factores que contribuyen al desarrollo de esta condición.

“Hay que dejar atrás la idea de que el dolor es parte del proceso de ser madre. Existen tratamientos conservadores eficaces, como el reposo relativo, uso de férulas, kinesioterapia y en algunos casos infiltraciones que permiten retomar la funcionalidad sin necesidad de cirugía”, comenta el Dr. Morgan.

Si a pesar del reposo e inmovilización persisten las molestias, se sugiere consultar con un especialista, quien indicará infiltración en caso de ser necesario.

Incorporar pequeñas modificaciones en la rutina diaria puede marcar una gran diferencia: mantener una postura ergonómica al amamantar, alternar brazos al cargar al bebé y realizar pausas activas ayuda a prevenir este tipo de lesiones por sobreuso.

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