Actualización al 2020
Consiste en una disminución del arco del pie y es muy común en niños menores de cinco años.
Con esta patología, el pie cambia su forma de manera progresiva, y muchas veces, no genera síntomas. Además de presentarse en menores, también puede desarrollarse entre los 50 y 70 años.
El pie plano tiene diferentes causas entre ellas neuromusculares, secundarias a un trauma y malformaciones congénitas. La más común es la insuficiencia del tibial posterior, y se debe a un desgaste de las estructuras de soporte. En estos casos se rompe un tendón y ocurre un aplanamiento progresivo del arco.
Existen tratamientos como las plantillas, que deben ser de materiales blandos, con memoria elástica y no muy voluminosa, para evitar comprimir el pie dentro del zapato. Sin embargo, estas no influyen en cambiar la forma del pie y su uso sólo está indicado para disminuir molestias. Incluso, un 50% de las personas sigue empeorando y requiere cirugía. Se trata de un incómodo problema, que además de generar dolor, impide la libertad de movimientos para la marcha. En los casos más complejos, hay personas que no pueden caminar ni apoyar el pie por el malestar.
Con respecto a la cirugía para corregir esta patología, se realizan incisiones pequeñas entre dos huesos del pie, el calcáneo y astrágalo, para corregir la deformidad. Lo importante es ser precavidos y acudir a un especialista, ya que entregará el tratamiento más adecuado para evitar dolor y otros inconvenientes.
Traumatología
Especialistas en tobillo y Pie
Centro de Tobillo y Pie