Actualización al 2021
El virus parainfluenza afecta, principalmente, al sistema respiratorio. Con mayor precisión, a la vía aérea alta (laringe) de niños pequeños, menores de cinco años. Produce laringitis aguda, importante causa de consulta en los servicios de urgencia, habitualmente en otoño e invierno.
No obstante, si la infección afecta a la vía aérea baja, puede producir bronquiolitis y neumonías, cuadros que pueden requerir de hospitalización.
Al igual que otros virus respiratorios como el adenovirus, virus respiratorio sincicial e influenza, el virus parainfluenza se transmite a través del contacto directo con secreciones respiratorias de personas infectadas o al tocar superficies contaminadas y luego llevarse las manos a la boca, nariz u ojos.
En Clínica Universidad de los Andes contamos con un completo staff de médicos especialistas en enfermedades respiratorias pediátricas e infectología pediátrica, dedicados al diagnóstico, seguimiento y tratamiento de patologías como las producidas por el virus parainfluenza.
Es miembro de la familia Paramyxoviridae y se clasifica en diferentes serotipos; los más comunes son los tipos 1, 2, 3 y 4.
Transmisión de la enfermedad:
La transmisión de la infección por parainfluenza, generalmente, ocurre a través del contacto directo con secreciones respiratorias de personas infectadas. Esto puede pasar cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, y dispersa en el aire pequeñas gotas que contienen el virus. También es posible contraer la infección al tocar superficies contaminadas por estas secreciones y luego tocarse la boca, la nariz o los ojos.
Las personas son más susceptibles a la parainfluenza durante los meses de otoño e invierno, cuando las infecciones respiratorias son más comunes.
Existen ciertos hábitos y condiciones que pueden aumentar el riesgo de desarrollar parainfluenza. Algunos de los factores de riesgo más comunes son:
Lugares como hospitales o residencias de personas mayores, también pueden propiciar la propagación del virus, debido a la concentración de personas vulnerables.
Es importante tener en cuenta que estos factores de riesgo pueden aumentar la probabilidad de contraer la parainfluenza, pero no garantizan que una persona desarrolle la enfermedad.
Los síntomas de la parainfluenza pueden variar según el tipo de virus, la edad del paciente y el estado de salud. En general, los síntomas suelen aparecer entre dos y siete días después de la exposición al virus. Algunas de las señales más comunes de esta enfermedad son:
Cabe mencionar que, en algunos casos, especialmente en niños pequeños o personas con sistemas inmunológicos debilitados, el virus parainfluenza puede provocar enfermedades más graves, como la laringotraqueobronquitis (crup), una inflamación de las vías respiratorias superiores que puede causar dificultad para respirar y puede requerir atención médica urgente.
La prevención de la parainfluenza implica medidas similares a las recomendadas para prevenir otras infecciones respiratorias virales. Algunas de las más recomendadas son:
Debido a que los síntomas de la parainfluenza son parecidos a los de otras infecciones respiratorias como el resfrío común, por ejemplo, el diagnóstico debe ser realizado por un especialista, quien complementa la evaluación física con exámenes de laboratorio.
Evaluación física: permite evaluar los síntomas del paciente como la presencia de tos, congestión nasal, fiebre y dificultad para respirar. La edad del paciente, el historial médico y cualquier exposición conocida al virus también se consideran en esta etapa.
Exámenes de laboratorio: para confirmar la presencia del virus de la parainfluenza se solicitan pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), que detectan material genético del virus en muestras respiratorias, como hisopos nasales o de garganta. Las pruebas de PCR son altamente sensibles y específicas para detectar el virus de la parainfluenza.
El tratamiento de la parainfluenza generalmente se centra en aliviar los síntomas y proporcionar cuidados de apoyo, ya que no hay un tratamiento específico para combatir el virus de la parainfluenza. Algunas de las recomendaciones más comunes son:
Es importante tener en cuenta que la mayoría de las personas se recuperan por sí solas de la parainfluenza con cuidados en el hogar y tratamiento sintomático. El foco del tratamiento de la parainfluenza es el alivio de los síntomas. Sin embargo, en casos graves o en personas con condiciones médicas subyacentes, puede ser necesario un manejo médico más intensivo.
Enfermedades respiratorias pediátricas
Especialidad que se dedica a tratar las enfermedades del sistema respiratorio tanto en niños como en jóvenes. Las enfermedades respiratorias son la causa más frecuente de consulta médica de niños pequeños, aumentando significativamente en los meses de invierno.
El pediatra broncopulmonar diagnostica y trata enfermedades como: influenza, amigdalitis, rinofaringitis, asma, bronquitis, neumonía, otitis y tuberculosis pulmonar.
Especialidad dedicada al diagnóstico y tratamiento de enfermedades infecciosas de todo tipo: bacterianas, virales, por hongos y parasitarias en pacientes pediátricos. Además, estudia los casos relacionados con el tratamiento de enfermedades infectocontagiosas adquiridas fuera del país.
Pediatría General - Enfermedades Respiratorias Pediátricas - Endoscopía Respiratoria Pediátrica
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