Actualización al 2021
Cuando ocurren traumatismos en la columna vertebral, causan que ésta se doble o comprima más de lo normal, provocando la fractura de un hueso o el desgarro de ligamentos, más conocidos como luxaciones, lo que afecta las fibras nerviosas que controlan la sensibilidad, los movimientos y las funciones de los órganos.
Las áreas más afectadas son la zona cervical y dorsolumbar. Las fracturas cervicales, dorsales y lumbares hasta la vértebra L1 (lumbar 1) pueden comprometer total o parcialmente a la médula espinal y, según sea el caso,
tendrá su repercusión clínica neurológica, ya sea desde parálisis hasta no tener compromiso alguno. Si la fractura es de L2 a distal sólo habrá compromiso de las raíces neurológicas y
el compromiso de las raíces también seré total o parcial.
Las lesiones de la zona cervical provocan tetraplejia, afectando las extremidades inferiores y superiores, el tronco y los órganos pelvianos quedan comprometidos perdiendo función motora o sensitiva. Mientras que las lesiones que ocurren en la zona dorsolumbar provocan paraplejia afectando las extremidades inferiores que incluyen el segmento torácico, lumbar o sacro y la zona pélvica.
Los signos y síntomas de fracturas o luxofracturas dependerán de la gravedad de la lesión y por lo general incluyen:
- Disminución o ausencia de la movilidad.
- Sensibilidad, entumecimiento u hormigueo de la zona afectada.
- Disfunción, parálisis o pérdida de la sensibilidad de los órganos del cuerpo por debajo del nivel de la lesión como, por ejemplo, la vejiga, los intestinos y la función sexual.
Las fracturas o luxofracturas ocurren por traumatismos en la columna vertebral que provocan que esta se doble o comprima más de lo normal, causando la fractura de un hueso o el desgarro de ligamentos, más conocidos como luxaciones, lo que afecta las fibras nerviosas que controlan la sensibilidad, los movimientos y las funciones de los órganos.
El 50% de las fracturas de columna son causadas por accidentes de tránsito. Otras causas incluyen lesiones deportivas, caídas o lesiones por armas punzantes o de fuego.
Tras una fractura o luxofractura es necesario realizar rehabilitación para recuperar en la medida de lo posible la funcionalidad e independencia para mejorar la calidad de vida del paciente.
- Cirugía: se realiza cuando es posible corregir una fractura. Para así facilitar la movilidad o evitar complicaciones.
La cirugía debe cumplir tres etapas:
1. Reducir la fractura si está desplazada.
2. Descomprimir los elementos neurales que pudiesen estar comprometidos.
3. Fijar la columna con instrumental y artrodesis (intervención quirúrgica para fijar dos piezas óseas).
- Medicamentos: en algunos casos se recetan corticoides, ya que son necesarios para disminuir la inflamación.
- Terapia física y ocupacional: busca restaurar, sustituir o cambiar funciones evitando el desgaste y las contracturas musculares enseñando al paciente ejercicios que lo ayuden a utilizar otros músculos para moverse. Además, se deben realizar ejercicios físicos que fortalezcan los músculos activos como, por ejemplo, los involucrados en la respiración, y los de los hombros y brazos que permiten mayor movilidad.
En ocasiones, dependiendo de la lesión, será necesario utilizar un respirador mecánico, sondas de alimentación o urinarias.