Actualización al 2020
La estenosis aórtica es una enfermedad de la válvula aórtica, la “compuerta” que separa el ventrículo izquierdo y la aorta, en que no se abre por completo. Entonces, la cantidad de sangre que debe circular hacia la aorta para salir del corazón no es suficiente, impidiendo la irrigación sanguínea normal al resto del cuerpo y generando una sobrecarga al corazón.
Puede ser congénita (desde el nacimiento) o desarrollarse durante la vida, que es lo más habitual.
La estenosis aórtica es más frecuente en hombres, se da en, aproximadamente, el 2% de los mayores de 65 años y llega a un 9,8% en los mayores de 80 años. Sin embargo, la presentación de los síntomas puede ser a edad más temprana en aquellos que tienen el problema valvular congénito.
La estenosis aórtica es una patología que suele no presentar síntomas en las primeras etapas de la vida, por lo que muchas personas no saben que la padecen hasta sentir manifestaciones que comienzan a partir de la quinta o sexta década de vida, tales como:
Son tres las causas principales de estenosis aórtica:
El tratamiento que se realice dependerá de los síntomas, gravedad y estado de la enfermedad. Cada caso es evaluado por un equipo multidisciplinario médico quirúrgico (heart team) formado por cardiólogo clínico, ecocardiografista, cardiólogo intervencional, cirujano cardiaco y anestesiólogo.
Las opciones de tratamiento pueden ser:
- Control periódico: en quienes tienen síntomas leves, puede ser que sólo necesiten chequeos cardiológicos frecuentes para analizar el avance de la enfermedad, como ecocardiograma periódico, entre otros.
- Farmacológico: su objetivo es tratar los síntomas, sin que aquello logre frenar la evolución natural de la estenosis. Puede incluir medicamentos para controlar la hipertensión arterial y los niveles de colesterol, y diuréticos para disminuir la acumulación de líquidos.
- Reemplazo de la válvula aórtica: