Actualización al 2021
La espondilodiscitis consiste en un proceso infeccioso - inflamatorio que afecta a las vértebras y al disco intervertebral.
Esta condición se debe a una infección en donde priman microorganismos como el S. aureus, S. epidermis, S.pneumoniae y otros.
El síntoma más frecuente y predominante de la espondilodiscitis es el dolor intenso asociado a fiebre y compromiso del estado general, sin embargo, existen otros signos o síntomas que dependerán de la edad del paciente:
Niños:
- Irritabilidad
- Rechazo de la marcha o del gateo
- Dolor en las extremidades inferiores que se puede manifestar en forma de cojera
Adultos:
- Dolor lumbar intenso, sin alivio en el reposo
- Rigidez y limitación de movimientos lumbares
- Dolor en caderas
- Imposibilidad de la marcha por dolor
- Problemas gastrointestinales que pueden incluir dolor estomacal, náuseas, compromiso severo del estado general y anorexia.
La principal causa de la espondilodiscitis es una infección, que secundariamente se localiza en la columna vertebral. En niños puede ser primaria. En general se pueden diferenciar en específicas, como la originada por la tuberculosis (Mal de Pott), inespecíficas, con gérmenes causales más frecuentes como el estafilococo, Enterococo, Pseudomona o post operatorias, por infección luego de una cirugía.
Para diagnosticar a un paciente con espondilodiscitis será necesario revisar la historia clínica del paciente, realizar un examen físico y realizar pruebas que confirmen el diagnóstico como, radiografías o una resonancia magnética.
Una vez que la espondilodiscitis es diagnosticada el tratamiento dependerá del grado de compromiso vertebral y neurológico además de la causa. Contemplará la toma de muestra para cultivo como elemento fundamental para obtener el germen y su sensibilidad a antibióticos. El tratamiento inicial es con antibióticos específicos por vía endovenosa por tiempo variable según la evolución clínica del paciente.
Dispositivos inmovilizadores: se recomienda el uso de un corsé, ya que el reposo y la inmovilización de la zona afectada inciden en la disminución del dolor y evitar las deformidades.
Cirugía: Los siguientes procedimientos pueden ser realizados y dependerán de la infección y cada caso:
- Resección y reemplazo vertebral si hay compresión de la médula o las raíces por fragmentos de hueso por fractura de vertebra infectada
- Fijación de columna si la infección deja la columna con inestabilidad y riesgo neurológico
- Aseo Quirúrgico: necesario en las infecciones post operatorias en especial si se han colocado implantes. También en los casos en que existe un absceso, ya que este no permite el buen efecto de los antibióticos. Por último, en los pacientes que no evolucionan adecuadamente con tratamiento antibiótico solo.