La escoliosis es una deformidad tridimensional de la columna vertebral, caracterizada por una curvatura lateral anormal acompañada de rotación vertebral.
La columna vertebral es la estructura ósea que forma el eje central del esqueleto, compuesta por vértebras, discos intervertebrales, ligamentos y músculos, cuya función es proteger la médula espinal y proporcionar soporte y movilidad.
Cuando la columna tiene una desviación hacia la izquierda o la derecha (curvatura lateral) mayor a los 10 grados según la medición de Cobb, estamos frente a una escoliosis.
Esta enfermedad afecta a tres de cada cien personas, siendo dos veces más común en el género femenino. Si bien puede ocurrir a cualquier edad, es más frecuente a partir de los diez años.
Nuestro Centro de Columna busca prevenir, diagnosticar y ofrecer tratamiento y rehabilitación para pacientes con enfermedades que afectan la columna vertebral. Contamos con un equipo multidisciplinario para entregar tratamientos integrales que solucionen de forma definitiva los problemas de columna con los más altos estándares de seguridad y equipos de alta tecnología para un óptimo manejo del paciente.
¿Qué tipos de escoliosis existen?
Según su origen, la escoliosis se divide en distintos tipos, cada uno con características específicas que determinan su evolución y manejo clínico.
Escoliosis idiopática: es la más frecuente, siendo entre el 80 y 90% de los casos. No tiene una causa conocida y suele detectarse en controles escolares o por cambios visibles en la postura.
Según la edad, se clasifica en:
Escoliosis idiopática infantil: entre 0 y 3 años.
Escoliosis idiopática juvenil: entre 4 y 10 años.
Escoliosis idiopática adolescente: más de 10 años. Es la más frecuente.
Escoliosis congénita: causada por malformaciones vertebrales presentes desde el nacimiento. Puede asociarse a otras anomalías, por lo que requiere seguimiento especializado.
Escoliosis neuromuscular: es una escoliosis secundaria a trastornos neurológicos o musculares, como parálisis cerebral, distrofias musculares o espina bífida. Este tipo de escoliosis tiende a progresar más rápidamente y puede comprometer la función respiratoria.
Escoliosis degenerativa: ocurre en adultos por el desgaste de discos intervertebrales, artrosis o colapso vertebral. Este tipo de escoliosis produce dolor y puede alterar la calidad de vida en los adultos mayores.
Escoliosis funcional: se trata de una curvatura reversible de la columna, causada por factores externos, como diferencia en la longitud de las piernas, mala postura o contracturas. En este caso no hay deformidad ósea y se corrige tratando la causa subyacente.
¿Qué puede causar la escoliosis?
La escoliosis puede tener diversas causas según su tipo:
Idiopática: es la más común y su origen es desconocido. Se cree que factores genéticos y de crecimiento pueden influir.
Congénita: se debe a malformaciones de la columna vertebral ocurridas durante el desarrollo fetal.
Neuromuscular: es consecuencia de enfermedades neurológicas o musculares que afectan el control y equilibrio de la columna.
Degenerativa: aparece en adultos por el desgaste de los discos intervertebrales, la artrosis o la osteoporosis.
Funcional: es provocada por factores externos y suele ser reversible.
En muchos casos, la escoliosis es multifactorial y requiere un enfoque integral para su diagnóstico y tratamiento.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la escoliosis?
Existen ciertos factores que aumentan la probabilidad de desarrollar escoliosis, especialmente en la forma idiopática:
Edad: es más frecuente en niños y adolescentes, especialmente durante los periodos de crecimiento acelerado (pubertad).
Sexo: las niñas tienen mayor riesgo de progresión de la curva y de requerir tratamiento que los niños.
Antecedentes familiares: tener familiares directos con escoliosis incrementa el riesgo, lo que sugiere un componente genético.
Trastornos neuromusculares: enfermedades como parálisis cerebral, distrofia muscular, espina bífida o atrofia muscular espinal aumentan el riesgo de escoliosis neuromuscular.
Malformaciones congénitas: anomalías en la formación de las vértebras durante la gestación predisponen a escoliosis congénita.
Enfermedades degenerativas: en adultos, la artrosis, osteoporosis o enfermedades discales degenerativas son factores de riesgo para desarrollar escoliosis de inicio tardío.
Factores biomecánicos y posturales: aunque no causan escoliosis estructural, diferencias en la longitud de las piernas, malas posturas o desequilibrios musculares pueden provocar escoliosis funcional.
¿Cuáles son los síntomas más habituales?
La escoliosis puede ser asintomática en sus fases iniciales, especialmente en casos leves. Sin embargo, a medida que la curvatura progresa, pueden aparecer los siguientes signos y síntomas:
Asimetría corporal: hombros desiguales (uno más alto que otro), caderas desniveladas, escápulas prominentes, con una más sobresaliente que la otra, inclinación del tronco hacia un lado.
Giba costal o dorsal: prominencia visible en la parte posterior de las costillas al inclinarse hacia delante.
Alteraciones posturales: desviación lateral de la columna, desbalance en la alineación corporal.
Dolor de espalda: más común en adultos con escoliosis degenerativa.
Rigidez o dificultad para realizar ciertos movimientos, especialmente en curvas avanzadas.
Sensación de cansancio en la espalda o piernas después de estar de pie o caminar por períodos prolongados.
Problemas respiratorios (en casos severos).
¿Es posible prevenir una escoliosis?
En la mayoría de los casos no es posible prevenir la escoliosis, especialmente cuando se trata de escoliosis idiopática o congénita.
Sin embargo, la detección precoz y el manejo oportuno son clave para evitar que la curvatura progrese y afecte la calidad de vida.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se basa en una combinación de evaluación clínica y estudios de imagen, para confirmar la presencia de la curvatura, medir su magnitud y determinar su posible causa.
Durante la evaluación clínica se indaga sobre síntomas y antecedentes familiares, se observa si existen asimetrías corporales (hombros, caderas, escápulas), se realiza el Test de Adams (el paciente se inclina hacia delante para detectar la presencia de gibas o desniveles) y se evalúa la alineación de la columna en posición de pie y en movimiento.
La radiografía de columna permite confirmar el diagnóstico, ya que se puede visualizar la curvatura y calcular el ángulo de Cobb, que determina la severidad de la escoliosis.
¿Cómo se trata?
El tratamiento dependerá del grado de curvatura del paciente, su edad, el potencial de crecimiento, la causa subyacente y la presencia de síntomas.
En los casos de escoliosis leves (curvaturas menores a 20 grados y sin síntomas) no se requiere tratamiento, pero sí observación y seguimiento. Se sugieren controles periódicos para ver la evolución.
En el caso de pacientes en edad de crecimiento con curvaturas moderadas (20 a 40 grados) se puede utilizar un tratamiento ortopédico (corsé) para frenar la progresión. El corsé no corrige la curvatura, pero puede evitar que se acreciente hasta que la etapa de crecimiento finalice. Se debe utilizar de día y de noche.
En el caso de escoliosis funcionales o posturales se acude a la fisioterapia. Es importante fortalecer la musculatura para mejorar la postura y aliviar molestias.
En el caso de la escoliosis degenerativa el manejo se centra en controlar el dolor mediante analgésicos, terapia física e infiltraciones. En algunos casos se puede necesitar cirugía. El tratamiento es independiente de la magnitud de la curva.
En el caso de curvaturas severas (mayores a 40 grados) o en casos que progresan a pesar del tratamiento conservador, se indica un tratamiento quirúrgico. La cirugía busca evitar la progresión de la enfermedad, y si bien puede corregir, el objetivo fundamental es que la curvatura no siga progresando en el tiempo.
Existen diferentes tipos de cirugía, que varían según la edad del paciente, la severidad de la curvatura y el tipo de escoliosis. Las más comunes son:
La más frecuente es la artrodesis instrumentada (cirugía que fija las vértebras para corregir la curvatura y estabilizar la columna). Se estabiliza con barras y tornillos metálicos que se unen a las vértebras para que no puedan moverse de forma independiente. El objetivo final es la fusión de las vértebras incluidas en la curva anormal mediante la colocación de injertos óseos entre ellas.
Una técnica menos invasiva para adolescentes en crecimiento es la cirugía VBT (por sus siglas en inglés Vertebral Body Tethering). Consiste en la instalación de una fijación flexible para corregir y detener el desarrollo de la desviación en la columna, permitiendo mantener su movilidad y evitando tener que recurrir a corsé. Es mínimamente invasiva, con incisiones menos extensas y más rápida la recuperación que la técnica convencional. Somos uno de los pocos centros de Sudamérica que realiza esta cirugía.
La técnica de las barras de crecimiento es la más utiliza en niños pequeños que aún tienen mucho crecimiento por delante. Se implantan barras extensibles que permiten corregir la curvatura y alargar la columna conforme el niño crece. Las barras pueden ser manuales (requieren cirugía periódica para alargarse) o magnéticas, permitiendo un alargue progresivo sin requerir nuevas cirugías.
¿Dónde lo tratamos?
Estos son los servicios de nuestra Clínica que tratan este problema:
Centro de Columna
Busca prevenir, diagnosticar y ofrecer tratamiento y rehabilitación para las diversas enfermedades que afectan a la columna vertebral, en pacientes niños y adultos.
Traumatología y Ortopedia
Servicio dedicado al diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de lesiones y patologías que afectan el aparato locomotor. Ofrecemos soluciones integrales para problemas traumáticos, congénitos o adquiridos, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y bienestar de pacientes pediátricos y adultos.
Traumatología y Ortopedia Infantil
Servicio que trata lesiones traumáticas, congénitas o adquiridas en sus aspectos preventivos, terapéuticos y de rehabilitación que afectan al aparato locomotor desde la niñez hasta la vejez.
Neurocirugía
Especialidad de alta complejidad dedicada al diagnóstico y tratamiento de enfermedades del cerebro, de la columna vertebral y de la médula espinal que padecen adultos y niños, y que requieren de una resolución quirúrgica.
Equipo médico
Dr. Jorge Andrés Garrido Arancibia
Traumatología y Ortopedia - Columna Adulto e Infantil