Actualización al 2022
Un electroencefalograma es un examen que detecta y mide la actividad eléctrica del cerebro. Estos impulsos eléctricos son la forma en que se comunican las neuronas y se grafica como ondas al realizar este examen.
Hay tres tipos de electroencefalograma:
EEG estándar: se realiza en reposo, con el paciente en vigilia. Para evaluar posibles respuestas anormales, se llevan a cabo algunas técnicas de activación.
EEG con privación de sueño: requiere que la persona no haya dormido la noche anterior o, en caso del electroencefalograma con privación parcial de sueño, es necesario tomar el examen durante el sueño, por lo que el paciente duerme menos horas que las habituales.
EEG Prolongado: registra la actividad cerebral durante un tiempo más prolongado, esto permite registrar la actividad cerebral tanto en estado de vigilia como durante las etapas del sueño. En algunos casos específicos se puede realizar este tipo de registro con monitorización con video para correlacionar los eventos registrados.
Un electroencefalograma permite determinar alteraciones en la actividad cerebral que pueden ser útiles para diagnosticar:
Es una prueba indolora y que no genera molestias. El paciente permanece recostado en una camilla, sin moverse, durante todo el examen.
En algunas ocasiones, se le pide al paciente que respire de determinada manera, abra y cierre los ojos, que realice cálculos o repita frases, entre otras acciones que ayudarán a analizar la actividad cerebral. Asimismo, para confirmar o evaluar epilepsia, a veces se inducen convulsiones, siempre de forma controlada.
El proceso completo dura, en general, 45 minutos, con al menos 30 minutos de registro.
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