Actualización al 2020
La condromalacia patelar es una patología de la rodilla causada por el reblandecimiento anormal o rotura del cartílago (tejido que recubre el hueso en las articulaciones) en la parte inferior de la rótula, provocando dolor cuando la rodilla roza con el fémur (hueso del muslo).
El cartílago deja de tener una estructura lisa y de color blanco, pasando a ser una estructura rugosa y delgada. En etapas avanzadas, se pierde parte importante del cartílago, llegando a la artrosis patelofemoral.
El Servicio de Traumatología y Ortopedia de Clínica Universidad de los Andes cuenta con un equipo de expertos en patologías de rodilla y en Medicina del Deporte, para dar un tratamiento oportuno enfocado en la rehabilitación integral de nuestros pacientes.
Por lo general, la condromalacia se produce por una
posición anormal de la rótula, por una debilidad de los músculos asociados con
la rodilla o por sobrecarga.
En personas jóvenes, suele ser provocada por una
práctica deportiva intensa asociada a un mal alineamiento de la rótula.
Los factores de riesgo más frecuentes de la condromalacia son biomecánicos, es decir están asociados a la manera que la rótula se mueve sobre el cartílago del fémur. Esto puede desencadenarse por un traumatismo menor o lesión, debilidad muscular del cuádriceps, alteraciones de ejes, o práctica de deportes de alto impacto que someten a la articulación a movimientos repetitivos y bruscos.
Estos son:
Los síntomas más frecuentes de la condromalacia rotuliana son:
Existen buenos hábitos que permiten prevenir o, al menos, disminuir los riesgos de que se genere una condromalacia.
Estos son:
El médico basa el diagnóstico de la condromalacia en los síntomas y en los resultados de la exploración clínica.
Si el diagnóstico no es claro o los síntomas no mejoran, el médico puede pedir una de las siguientes pruebas:
Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento dependerá del grado de condromalacia que presente el paciente y las causas.
Si la lesión es leve, el tratamiento puede comenzar con medidas conservadoras como periodos cortos de antiinflamatorios, reposo y evitar acciones que provocan dolor, como arrodillarse, subir escaleras o practicar deportes de impacto.
El uso de hielo local es recomendado para reducir la inflamación y el dolor, y en algunos casos el uso de una rodillera para proporcionar mayor estabilidad.
Sin embargo la forma más común de tratar los síntomas es mediante kinesiología, enfocada a los factores modificables.
Durante la fisioterapia, se practicarán ejercicios de fortalecimiento muscular, especialmente de cuádriceps y cadera, para mejorar la estabilidad. También son fundamentales los estiramientos, para aumentar la flexibilidad y reducir la presión en la rótula. En algunos casos, puede utilizarse ultrasonido para reducir la inflamación.
Cuando no hay respuesta a la kinesiología o se está en una fase avanzada y existe una destrucción importante del cartílago, puede que sea necesario realizar una cirugía.
Dependiendo caso a caso, el médico especialista definirá si se debe realizar una artroscopía, procedimiento mínimamente invasivo, donde se limpia el cartílago dañado o se corrige problemas estructurales, o una cirugía de realineación para los casos más severos, donde se corrige la alineación de la rótula.
Este procedimiento se realiza mediante una incisión en el tubérculo anterior de la tibia (parte de la tibia que se conecta con el tendón), el cual se desplaza controladamente hasta lograr la posición anatómica adecuada, asegurando su estabilidad y fijándolo a la tibia mediante tornillos.
Esta cirugía generalmente requiere de una hospitalización que puede ser de 1 a 2 días y la recuperación puede ir entre 3 y 4 meses.
Con el tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes experimentan una mejora significativa de los síntomas. En algunos casos el dolor no desaparece por completo, pero puede manejarse de manera efectiva.
Es fundamental realizar algunos cambios y adaptar el estilo de vida para prevenir recaídas.
Antes de retomar cualquier actividad deportiva, se debe realizar una evaluación médica para asegurar que el cartílago está preparado para el esfuerzo físico.
Respecto al reingreso deportivo, este debe ser gradual y muy planificado para asegurar una recuperación adecuada.
Se debe comenzar con actividades de bajo impacto, como natación, ciclismo o caminata, y aumentar poco a poco su intensidad y duración. Asimismo, se debe incluir ejercicios para mejorar la coordinación y la estabilidad.
De igual manera se debe continuar con los ejercicios de fortalecimiento y estiramiento para mejorar el soporte de la rodilla.
Servicio de Traumatología y Ortopedia
Nuestro Servicio de Traumatología y Ortopedia tiene un equipo médico especializado en el tratamiento de lesiones traumáticas, congénitas o adquiridas en sus aspectos preventivos, terapéuticos y de rehabilitación que afectan al aparato locomotor desde la niñez hasta la vejez. Asimismo, cuenta con una red de apoyo de kinesiólogos y terapeutas altamente especializados en el tratamiento oportuno, enfocado en una rehabilitación integral.
Dentro del área de esta especialidad se encuentra: la cirugía articular mínimamente invasiva; cirugía de reemplazo articular (protésica) de columna, de hombro y codo, de rodilla, de cadera, de mano, de tobillo y pie, y de tumores óseos, además de la Medicina del Deporte y resolución de traumatismos músculo-esqueléticos, entre otros.
Tenemos cuatro centros traumatológicos enfocados en el manejo integral de diferentes áreas: Centro de Columna, Centro de Mano y Muñeca, Centro de Tobillo y Pie y Centro de Terapia Celular. Y el Programa Trauma de Hombro, que entrega atención integral y especializada a pacientes que han experimentado lesiones traumáticas graves del hombro, especialmente, deportistas y adultos mayores.
Un completo equipo de kinesiólogos ayuda y asiste a pacientes hospitalizados y ambulatorios, tanto pediátricos como adultos, y también abordan las áreas de prevención y rehabilitación de trastornos musculoesqueléticos.
El objetivo es contribuir a que cada persona logre una adecuada reinserción en sus actividades, ya sean de la vida diaria o deportiva. En el área de pacientes ambulatorios, nos enfocamos en prevenir, disminuir o recuperar discapacidades derivadas de trastornos musculoesqueléticos y relacionados con el movimiento.
Además del equipo multidisciplinario de apoyo kinesiológico, cuenta con un gimnasio con un moderno equipamiento que permite potenciar al máximo las alternativas terapéuticas. También llevan a cabo tratamientos con ondas de choque radial y fisioterapia invasiva.
Equipo de Medicina del Deporte
Traumatólogos, cardiólogo, kinesiólogos, nutricionista y una enfermera conforman nuestro equipo de Medicina del Deporte, conjunto multidisciplinario formado por profesionales de gran calidad humana y con experiencia en la prevención y tratamiento de patologías asociadas a la práctica deportiva.
Cuenta con la más avanzada tecnología para realizar el diagnóstico y entregar el mejor tratamiento en forma integral, ya sea conservador o quirúrgico.
Se trata a deportistas que participan en actividades recreacionales, competitivas o profesionales, de acuerdo con sus condiciones, necesidades y expectativas individuales.
Además, profesionales trabajan en forma activa y permanente con deportistas de alto rendimiento. Es así como el Comité Olímpico de Chile y el fútbol profesional han contado en forma histórica con la asistencia médica de integrantes de nuestra Clínica, participando en la preparación deportiva, tratamiento de lesiones y el reintegro a la actividad de alta competencia. Asimismo, desde marzo del 2019, tenemos un convenio con el Comité Olímpico de Chile para entregar la atención médica a todos los deportistas del Team Chile, reafirmando la confianza en nuestros profesionales, para asistir y acompañar a los atletas en eventos a nivel mundial y nacional.
Traumatología y Ortopedia - Rodilla - Medicina del Deporte
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