Actualización al 2021
La cifosis consiste en una curvatura exagerada de la espalda que provoca un encorvamiento evidente de esta hacia delante. La cifosis puede afectar a personas de cualquier edad, sin embargo, es más frecuente en mujeres mayores, ya que esta condición se relaciona con la edad y por lo general ocurre por una debilidad en los huesos de la columna vertebral, lo que provoca que éstos se compriman y fracturen.
Cuando la cifosis es leve, no ocasiona mayores problemas, pero cuando la condición es grave puede generar dolor intenso y/o desfiguración.
Hay distintos tipos de cifosis que pueden afectar a niños y adolescentes.
- Cifosis postural: es el más frecuente y suele afectar a niñas y adolescentes. Ocurre cuando los huesos y músculos se desarrollan de forma anormal durante el crecimiento por la adopción de posturas incorrectas.
- Enfermedad de Scheurmann: aparece en la adolescencia durante el proceso de crecimiento, provocando que las vértebras tengan forma de cuña.
- Cifosis congénita: ocurre cuando la columna vertebral no se desarrolla correctamente en la gestación. Esto provoca que varias vértebras se fusionen y/o los huesos se formen incorrectamente.
- Cifosis secundaria: Ocasionada, por ejemplo, por fracturas, tumores y osteoporosis, entre otros.
Los síntomas de la cifosis incluyen:
- Dolor intenso en la espalda.
- Rigidez.
- Curvatura evidente y anormal de la columna vertebral.
Las vértebras normalmente tienen una forma cilíndrica y están apiladas formando la columna. La cifosis ocurre cuando las vértebras de la parte superior de la espalda toman forma de cuña provocando encurvamiento.
Las vértebras presentan este problema a causa de fracturas, un adelgazamiento de los huesos (osteoporosis), degeneración de discos, enfermedad de Scheuermann, anomalías congénitas y por una postura inadecuada. El cáncer y sus tratamientos oncológicos pueden debilitar los huesos.
Para diagnosticar a un paciente con cifosis se debe realizar un examen físico detallado y exámenes por imágenes, tales como, radiografía, resonancia magnética o tomografía. Además, puede ser necesario realizar pruebas neurológicas y de densidad ósea.
El tratamiento dependerá de la causa y de la gravedad de la enfermedad. Por lo general, consiste en la ingesta de medicamentos, terapia, inmovilización y cirugía.
- Medicamentos: se pueden recetar analgésicos o antiinflamatorios para aliviar el dolor y también fármacos para la osteoporosis que ayudan al fortalecimiento de los huesos para prevenir fracturas que empeoren la cifosis.
- Terapia: puede ayudar a controlar algunos tipos de cifosis. En ocasiones, los ejercicios de estiramiento mejoran la flexibilidad espinal y alivian los dolores de espalda.
- Inmovilización: cuando está presente la enfermedad de Scheuermann la inmovilización podría detener la progresión de la cifosis con el uso de un soporte corporal, sobre todo en las etapas de crecimiento.
- Fusión espinal: cuando la cifosis es grave y pellizca la médula espinal o las raíces nerviosas, es necesario realizar cirugía. Este procedimiento consiste en la introducción de piezas óseas entre las vértebras y las afirma con barras y/o tornillos de metal, hasta que la columna cicatriza en la posición correcta.
Para mantener una buena densidad ósea, el médico podría recomendar ingesta frecuente de alimentos ricos en calcio y vitamina D, que evite el consumo de tabaco y limitar la ingesta de bebidas alcohólicas.