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Artritis reumatoide

Actualización al 2023

La artritis reumatoide, o comúnmente conocida como AR, es una enfermedad que genera inflamación de las articulaciones, sobre todo en las manos, muñecas, codos, rodillas, tobillos y pies. Es la forma más común de las "artritis autoinmunes".

Afecta principalmente a mujeres de entre 25 y 55 años, sin embargo, puede comenzar a cualquier edad.

La artritis reumatoide es una enfermedad crónica, es decir, que dura para toda la vida. Se caracteriza por presentar crisis de actividad y periodos de inactividad.

Síntomas

Durante la artritis activa, se presenta:

  • Dolor en la articulación
  • Hinchazón articular
  • Rigidez característica en las mañanas, que cede con el movimiento durante el día
  • Además de las articulaciones, puede afectar otros órganos como los ojos, la piel y los pulmones
  • Nódulos reumatoideos, que corresponden a bultos firmes que crecen   debajo de la piel en zonas como el codo y las manos
  • Fatiga, por lo que se dificulta la realización de las tareas habituales.

Causas

Es una enfermedad de causa autoinmune, esto quiere decir, que el sistema inmunológico (de defensas) se encuentra alterado y, por equivocación, reconoce estructuras de la articulación como extrañas y las ataca. La estructura inicialmente dañada es la membrana sinovial, que rodea a las articulaciones, generando una inflamación de la zona, lo que se conoce como sinovitis. Lo anterior, provoca aumento en la producción de líquido sinovial y engrosamiento de la membrana, la cual al ir creciendo y aumentado la inflamación, va perjudicando y alterando la funcionalidad de las distintas estructuras de la articulación: tendones, cartílagos y huesos.

No se conoce la causa, pero se sabe que los genes, hormonas y el ambiente tienen un rol importante. El riesgo de tener AR aumenta con la edad, el tabaquismo y por ser mujer.

Tratamientos

El diagnóstico de la artritis reumatoide se basa en los síntomas característicos asociados a anticuerpos positivos y/o imágenes compatibles con artritis. Siempre se deben excluir otras causas de artritis que pueden confundir el diagnóstico. Frente a la sospecha, se solicitan exámenes de sangre generales, factor reumatoideo y anticuerpo anti CCP. También puede indicarse la realización de exámenes de imágenes de las articulaciones para conocer el grado de inflamación.

El tratamiento tiene como objetivo inducir la remisión completa de la enfermedad y, si no es posible, al menos, lograr baja la actividad. Entre las alternativas terapéuticas están:

  • Medicamentos “antirreumáticos”: dentro de ellos, el emblemático es el metotrexato. Se puede tomar vía oral o inyectar una vez por semana acompañado siempre de vitamina ácido fólico. Otras alternativas son la hidroxicloroquina, leflunomida y la sulfasalazina.
  • Fármacos “biológicos”: indicados para los casos refractarios a la terapia de primera línea.
  • Antiinflamatorios: para la disminución del dolor durante la enfermedad activa, también suelen usarse medicamentos como antiinflamatorios o prednisona por periodos cortos mientras los antirreumáticos logran su efecto.

Los distintos medicamentos pueden recetarse de forma aislada o combinada según necesidad. Las terapias demoran entre uno a tres meses en lograr el efecto antiinflamatorio, y la dosis adecuada varía de persona a persona, por lo que es importante el control médico periódico.

En Chile, la AR es una patología GES. Además, en casos refractarios, se puede postular a la Ley Ricarte Soto para tener acceso a los medicamentos biológicos.

Otras indicaciones para el tratamiento son:

  • Realizar actividad física de bajo impacto como caminar, y fortalecer la musculatura.
  • Evitar el consumo de tabaco.
  • Mantener hábitos saludables como una buena dieta e higiene de sueño.

 También hay que considerar que tienen mayor riesgo de presentar problemas cardiovasculares por lo que es importante tener buen control de presión arterial, colesterol, glicemia, entre otros.

Con el avance en los tratamientos y conocimiento de la enfermedad, el pronóstico puede ser muy bueno, siempre y cuando el paciente sea responsable con cumplir las indicaciones del médico tratante y comience el tratamiento lo antes posible. Así, la calidad de vida puede ser muy buena, sobre todo si se hizo un diagnóstico rápido y se inicia el tratamiento correspondiente de forma precoz.

Equipo médico

Dr. Alejandro Badilla Piñeiro

Reumatología

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Dra. María Inés Domínguez Parra

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Dr. Francisco Espinoza Villegas

Reumatología - Medicina Interna

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Dr. Fernando Figueroa Elizalde

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Dra. María Isabel Hassi Román

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Dr. Gustavo Monckeberg Fernández

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