Actualización al 2019
Un aneurisma se produce por una dilatación o ensanchamiento de un segmento de una arteria. Esto ocurre cuando existe una debilidad de la pared del vaso sanguíneo, o cuando por largos períodos de tiempo (años) es expuesto a presiones sanguíneas elevadas.
De los aneurismas más graves, son los de la aorta toráxica.
Existen tipos de aneurismas pequeños y de crecimiento lento que no se rompen, a diferencia de los aneurismas grandes y que aumentan de volumen rápidamente.
De cada 100.000 personas, se estima que hay entre 6 a 8 casos por año.
- Dolor en el pecho
- Dolor constante de espalda
- Dificultad para respirar
- Sensación de falta de aire
Se puede producir por diversos motivos. Los más frecuentes son patologías genéticas: falla en la resistencia de la pared al estiramiento. Además, en personas con presión arterial alta y altos niveles de colesterol en la sangre se produce un endurecimiento de arterias (aterosclerosis), lo que las hace menos elásticas y proclive a romperse.
También destacan las infecciones que no se han tratado de forma correcta, como sífilis o salmonela.
Se llevan a cabo tratamientos que evitan que el aneurisma aumente su tamaño o se rompa. Para eso, existen tratamientos con medicamentos que bajan la presión arterial y en casos avanzados se puede requerir de cirugía.